MESA SOBRE LA ARENA


 

UNA MESA EN LA ARENA

 

Soñé que era una noche sin estrellas

y que la vida me invitó a una cena,

tres mesas no merecían la pena,

me dijo siéntate donde tú quieras.

 

La vida te ofrece siempre tres mesas

una tiene demasiada amargura

otra que es extremadamente dura

la tercera que es para mí muy estrecha

 

Sienta al rencor, culpa y también cultura

dejaron fuera amor, perdón y paz

que la vida busca donde sentar

bajo la luna de una noche oscura

 

Van desde montaña y valle hacia el mar

diciéndose allí nos encontraremos

en la arena bajo del mismo cielo

y con los pies descalzos para andar

 

Y todas nuestras huellas juntaremos

hasta gustaremos el mismo pan

también la misma agua nos bañará

nuestro vino, como miel beberemos

 

Y el cielo nos dejó ver las estrellas

juntamos en la arena nuestras vidas

y las olas parecían tan vivas

la brisa y las sensaciones más bellas

 

A mi no me hace falta una gran mesa

ni en la montaña ni en el valle ceno

una mesa en la arena fue mi sueño

perdón, con paz y ese amor que me besa

 SERGIO SÁNCHEZ GARRIDO

Mi poema, “Una Mesa en la Arena”, es una meditación lírica sobre la simplicidad y la autenticidad en la vida. A través de sus siete estrofas, cada una con versos de once sílabas, el poema invita a los lectores a considerar las opciones que la vida presenta y a encontrar belleza y significado en las cosas más sencillas.

La primera estrofa introduce un sueño, un escenario nocturno sin estrellas, donde la vida misma ofrece una elección simbolizada por tres mesas. Estas mesas representan diferentes caminos de vida, cada uno con sus propias dificultades y restricciones.

En las estrofas siguientes, el poema profundiza en la metáfora de las mesas, sugiriendo que las emociones negativas y la cultura a menudo nos alejan de los verdaderos valores como el amor, el perdón y la paz. La invitación a sentarse “donde tú quieras” refleja la libertad de elegir nuestro propio camino, más allá de las expectativas y las presiones externas.

El viaje desde la montaña y el valle hacia el mar simboliza un retorno a la naturaleza y a lo esencial, un lugar donde “nos encontraremos” en igualdad y armonía. La imagen de caminar descalzos y juntar las huellas en la arena evoca un sentido de comunidad y conexión con la tierra.

El poema culmina con una celebración de la simplicidad: una mesa en la arena, lejos de las complicaciones de la vida moderna, donde se puede disfrutar del perdón, la paz y el amor. La aparición de las estrellas y la unión de las vidas en la arena bajo la brisa marina resaltan un momento de claridad y unidad.

En conjunto, el mensaje del poema es un llamado a valorar las experiencias compartidas y a encontrar contentamiento en la simplicidad, rechazando la amargura y la dureza para abrazar un sueño de paz y amor. Es un mensaje esperanzador que celebra la conexión humana y la belleza del mundo natural.

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