"Mi negocio, mi vida"

 

"Mi negocio, mi vida"

 


 

Estos fueron mis primeros negocios

yo vendía tebeos en mi acera

luego frutos secos, revistas de ocio

poner el precio, nunca hubo manera

 

No puedo vender a precio cualquiera

quiero ganar algo por mi molestia

y que mi esfuerzo merezca la pena

no se sí tal vez pequé de modestia

 

Vendí muy barato todo el genero

y es que mi negocio no fue rentable,

después yo me marqué un nuevo sendero

cuando yo me busqué un socio admirable

 

Tu trabaja, yo seré el embustero

pero nunca yo quise ser su cómplice,

no pude encontrar negocio sincero

ni aceptar de aquellos jefes sus códices

 

Entendí, que yo no estaba a la venta

mi sinceridad no tenía precio

viví sin socio y sin ninguna empresa

ni vendo ni compro más a los necios

 

Ya jubilado yo he vuelto a leer

mis tebeos y a comer frutos secos

y sin socios ni jefes que entender

solo mi sinceridad y unos versos

 

El poema "Mi negocio, mi vida" es un texto autobiográfico en el que narro algunos extremos de trayectoria profesional y personal, desde mis primeros negocios (jugando en mi niñez) hasta mí jubilación. El poema está compuesto por seis estrofas de cuatro versos cada una, con una métrica de once sílabas y una rima consonante ABAB.

 

En la primera estrofa, mis inicios como vendedor ambulante de tebeos, frutos secos y revistas de ocio. Destacó la dificultad que tenía para poner el precio adecuado a mis productos, sugiero mí falta de experiencia e inocencia (en realidad nunca aprendí).

 

En la segunda estrofa, mi deseo de obtener una recompensa por mi trabajo y que el esfuerzo merezca la pena. Reconozco que quizás pequé de modestia y vendí muy barato todo el género, lo que me llevó a fracasar en muchos negocios.

 

En la tercera estrofa, relata cómo cambió de rumbo y me asocié con un socio que resultó ser un embustero. Afirmo que nunca quise ser su cómplice y que no pude encontrar un negocio sincero ni aceptar las normas que los jefes me imponían.

 

En la cuarta estrofa, entendí que no estaba a la venta y que mi sinceridad no tenía precio. Por eso, decidí vivir sin socio y sin empresa, y no vender ni comprar más a los necios, es decir, a los que no valoraban mi honestidad.

 

En la quinta estrofa, describo mí situación actual como jubilado, en la que he vuelto a leer mis tebeos y a comer frutos secos, dos actividades que me recuerdan mi infancia y mi primer negocio. Que hoy me muestro satisfecho con mí vida y con mí sinceridad, que ya solo necesito unos versos para expresarse.

 

En la sexta y última estrofa, que cierra el poema, hago una reflexión final sobre el sentido de mi vida y negocio. Mi negocio fue mí vida y mí vida fue mí negocio, y que ambos se basaron en la sinceridad.

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